Resumen del artículo FRACASO ESCOLAR, CLASE SOCIAL Y POLÍTICA EDUCATIVA de José Saturnino Martínez García.
El fracaso escolar es un problema social difícil
de definir. Convencionalmente, es atribuido a la falta parcial de
escolarización y de adquisición de conocimientos por parte del estudiante, de
modo que el indicador para cuantificarlo se encuentra en el porcentaje de
alumnos que no han obtenido el título de educación secundaria obligatoria a la
edad que deberían de haberlo obtenido. Sin embargo, otras perspectivas indican
que es un problema del sistema educativo. En España el fracaso escolar es alto,
y atribuido a la falta de inversión en materia de educación y al déficit de
profesores. El autor a pesar de que expone que el fracaso escolar es un tema
complejo y multicausal, opina que entre las causas, la principal es la clase
social de las familias. De hecho, el informe Pisa establece que las diferencias de rendimiento entre los estudiantes son
consecuencia del nivel social tanto de los padres como de los centros. Este
hecho se manifiesta en contra de las soluciones planteadas para paliar el
fracaso escolar orientadas a los diseños curriculares y métodos didácticos.
Al respecto, el autor hace alusión a los efectos
legitimadores (aquellos que permiten completar y hacer efectivo el efecto transmisor)
de la escuela sobre el destino de los individuos, o dicho de otra manera, la
influencia de la opinión de las escuelas sobre el destino laboral de los
alumnos; para lo cual, se basaban en aspectos como la capacidad y esfuerzo del
individuo, relacionados ambos con la procedencia social. Estos efectos
legitimadores fueron objeto de criticas durante muchos años, las cuales
llevaron a reformas educativas como la LOGSE, la cual se implantó además en
plena explosión del denominado socialismo social.
Para responder a esta pregunta, el autor nos
muestra un gráfico de la evolución del fracaso escolar a lo largo de 25 años,
los cuales comprenden la LGE y LOGSE, de modo que en 2007 los datos
corresponden a individuos de entre 19 y 20 años que estudiaron dentro del marco
exclusivamente de la LOGSE, mientras que en 2001, los datos corresponden a
individuos de entre 19 y 20 años que estudiaron dentro del marco parcial de la
LGE y de la LOGSE. Finalmente, aquellos que estudiaron dentro del marco
exclusivo de la LGE se sitúan desde 1997 para atrás. En la gráfica se puede
observar un aumento del fracaso escolar a medida que transcurren los años
motivado de acuerdo con el autor con el hecho del aumento del número de años de
escolarización obligatoria y debido a la incorporación de niños extranjeros al
sistema proveniente de países con un bajo nivel educativo.
Son dos las posibles explicaciones a la relación
fracaso escolar clase social. Una incide en los aspectos culturales de cada
clase y la otra en las diferencias económicas, primando al parecer el nivel
cultural. El autor también alude a que el origen de las desigualdades
educativas nunca es tenido en cuenta ni por los políticos ni por la educación.
Finalmente con el objetivo de acabar con el
fracaso escolar, se han planteado varias soluciones, unas centradas en el
sistema educativo y otras más centradas en los jóvenes. Las primeras hablan
acerca de diseños curriculares y métodos didácticos, mientras que las segundas
de apoyo escolar y mas recursos. El autor también incide en el hecho de que
estudios realizados en Estados Unidos han concluido que políticas y reformas
educativas especificas no tienen por qué ser la solución, debido a la falta de efectividad
y difícil implementación. Otro hecho es
que no se copia a las escuelas que están teniendo buenos resultados y que
cualquier fracaso se hecha la culpa a las políticas educativas de turno. El
autor también piensa que no es el sistema educativo el lugar donde debemos
centrarnos para acabar con las desigualdades sociales. Es decir a mayor
igualdad social menores desigualdades educativas. Esto se hace con políticas
que mejoren la desigualdad social en la sociedad.
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