Actividad de reflexión y análisis 7. El Libro Blanco de la Profesión Docente

 

De acuerdo con José Antonio Marina, Carmen Pellicer y Jesús Manso, el Libro blanco de la profesión docente hace alusión al papel que los profesores deben desempeñar en una sociedad cada vez mas cambiante. Los autores hacen hincapié en que la docencia debe ser una profesión altamente cualificada, con el fin de conseguir el éxito educativo. Centrándose en este objetivo, el Libro Blanco se va a dividir en tres partes: 1. LOS DOCENTES Y LA TRANSFORMACION DEL SISTEMA EDUCATIVO 2. LA PROFESION DOCENTE 3. CÓMO GESTIONAR EL CAMBIO EDUCATIVO.

A continuación recojo las propuestas mas importantes en las que se va a basar cada una de las partes de este libro blanco.

Con respecto a la primera parte

  1. Una escuela inclusiva dirigida a impulsar el talento de cada alumno, y una escuela expansiva porque debe salir de sus muros y actuar sobre su entorno.
  2. El docente debe ser protagonista de esa tarea, para lo cual no puede trabajar aislado. En el aula debe converger todo el apoyo y la energía del Centro educativo, la cooperación de las familias, la interacción con otras instancias del sistema educativo –el resto de las escuelas, los centros de formación del profesorado, la inspección- y también de instituciones no específicamente educadoras, pero, que pueden tener un poderosa incidencia en la educación, como los servicios sociales, los ayuntamientos, y el servicio de salud. 
  3. La eficacia del sistema educativo es acumulativa.  Para alcanzar esa eficiencia continuada debemos conseguir (1) que las personas con más talento se interesen por la profesión docente, (2) que esas personas reciban una excelente formación inicial y continua y, (3) que su trabajo llegue a todos los alumnos y en todas las edades.
  4. Entre el docente y el Centro se establece un círculo virtuoso. La calidad del docente colabora a la calidad del Centro, pero la calidad del Centro colabora a la calidad del profesorado. Esa interacción hace de la escuela una “organización inteligente”, en la que un grupo de personas que tal vez no sean extraordinarias, por el modo de colaborar entre sí pueden lograr resultados extraordinarios.
  5. El Centro debe integrar los esfuerzos de todos los que trabajan en él. En primer lugar, los docentes de aula, y colaborando con ellos, los orientadores, tutores, coordinadores, inspectores, educadores sociales (en el caso de que los haya), personal administrativo no docente, así como apoyos buscados fuera: familias, servicios sociales, organizaciones de voluntariado, etc. 

Con respecto a la segunda parte

  1. Si queremos dar consistencia a la profesión docente tenemos que comenzar afirmando y justificando la existencia de un conjunto riguroso de saberes y prácticas que convierten a los docentes en “expertos en aprendizaje”. Consideramos que la docencia es una profesión que exige una alta cualificación, y que para que cumpla mejor sus objetivos deberíamos atraer hacia ella a las personas más competentes y comprometidas.
  2. El proceso de selección y formación del profesorado, tanto inicial como continua, debe ser extraordinariamente riguroso y exigente. Esto también hará subir el prestigio de la profesión y el sentimiento de sentirse miembro de un colectivo respetado y de élite.
  3. Consideramos que en ella deben unirse la pasión por aprender y enseñar, una profunda formación teórica, y una rica formación práctica. Todos los docentes deben recibir una formación en el lugar de trabajo, antes de considerarse que están suficientemente bien preparados para ejercer su tarea.
  4. Una vez terminados los estudios de Grado (de Magisterio en Educación Infantil o en Educación Primaria, y, para Secundaria, Grado en las distintas carreras que habilitan para la docencia) se propone la Prueba nacional de acceso al DEP (Docentes en Prácticas) para acceder al proceso de formación DEP de tres años de duración; esta titulación daría acceso a las oposiciones o a la libre contratación por parte de las instituciones concertadas.
  5. Los Centros Superiores de Formación del profesorado, deberían encargarse de la formación inicial y de la formación continua de los docentes.
  6. Todos los docentes, de todos los niveles y cuerpos, deberán ser evaluados periódica y sistemáticamente. La evaluación servirá para mejorar el desempeño de los docentes, y también tendrá relevancia para el progreso de su carrera profesional, y para su retribución.

Con respecto a la tercera parte

  1. La transformación educativa deben realizarla los docentes que ya están en activo.



https://intef.es/wp-content/uploads/2015/12/LIBRO-BLANCO.RESUMEN-EJECUTIVO_v13.pdf

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